estaba escribiendo un email y este párrafo quiso subirse hasta aquí
Muerte y dialéctica. Una vez escribí unos versos. Están en Eclipse.
¿Cómo desoír
la silenciosa
gravedad de la sangre?
Los rumores del cuerpo
son quebranto en la faz de algunos hombres
y nos confirman
cuán sutil es la vida:
la muerte, socarrona
sólo nos lo sugiere.
*****
Y claro, no. La muerte no nos vale aquí, en este contexto poético, porque la muerte lo puede justificar todo, como si fuera, y además lo parece, la culminación de todas las dialécticas, pero no lo es, no es nada. ¿Su abolición? ¿Superación? ¿Su negación? Ni eso, querido. La muerte ajena es sólo un espectáculo futurista -que nos aterra igual que nos seduce- pero ¿nos dice algo que no sepamos, que no podamos comprobar por otros medios vitales, respecto a nuestra naturaleza, ego, yo? No, me temo que no. Nos conmueve porque somos frágiles y necesitamos utilizar palabras para desplazarnos a tientas -y la muerte niega el lenguaje porque nos hurta todas sus palabras y sin muletillas ni asideros parecemos serpientes, gusanos, larvas; y el círculo y los ciclos se cierran. Nos hurta hasta la de silencio último con la que intentamos envolverla y así, explicarnos, reconciliarnos con ella, la muerte. Demasiado solemne como para ser cierta. No lo es.
Escribo a vuelapluma para desentumecerme.
Nos leemos.
Juan
Etiquetas: Literatura
4 Comments:
Compruebo que hasta la fecha nadie le ha hurtado las palabras. Y yo que lo lea.
Nooo, algunas sólo me las cambian, pero bueno:-))
Abrazos
Juan
... no digo que la muerte sea un punto de referencia absoluta... pero, sí, podría ser fijo.
Amigo te debo un mail, adelántame si vas a hacer esa presentación de tus libros en Madrid.
Un saludo
RX
Sí, del 24 al 30. Pero no tengo confirmación, aún:-(
Ya te avisaré
Fx
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