la voluntad, al fondo.
Planificar un nuevo libro no es fácil por mucho que uno vaya aliándose con los versos y sepa que, tarde o temprano, ellos mismos acabarán mostrándole su desenlace natural.
Está el trabajo. También la compulsiva contemplación de las horas del erial y la parálisis. Esa vigilia ayuda a situarse, a saberse tan próximo al abandono de los sentidos como a su ebriedad repentina. Ayuda a ponderar el valor de cada palabra como el de cada poro de la piel.
Etiquetas: Literatura, Varios
2 Comments:
Y la modorra, al fondo a la derecha.
Ey! ¿Qué pasa, tío? ¿Cómo estás?
Yo estoy bien.
Ya no vendo pantalones, ahora vendo cremas caras.
Por cierto, mañana 25 de julio -San Jaime-, es mi cumpleaños.
Que lo sepas.
A ver si te vuelvo a ver pronto.
Un beso.
Felicidades!! Buen cambio;-)
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