LA TELARAÑA: ciclorama

lunes, agosto 27

ciclorama

La Telaraña en El Mundo.



Rayos y truenos. Inundaciones. Apagones. ETA reaparece con una furgoneta bomba en Durango. Hierros retorcidos. Sangre. Me asalta la memoria otro Durango; Bob Dylan cantó allí un romance a ritmo de tequila. Todo se repite, encadenado. El verano se marcha rápido, como si le persiguiera una maldición o quisiera desdecir el augur tórrido de los profetas del calentamiento global. A este paso acabaremos helados. Abro el renovado y espectacular Google Earth y vigilo, ahora también, la estructura de los cielos, el dibujo imaginario de las constelaciones, de la mitología, de la fe en las alturas, del rastro indeciso de las estrellas. No hay nada allá arriba que venza en oscuridad lo que nos rodea aquí abajo. Google lo sabe y por eso sus imágenes se renuevan muy lentamente. No hay prisas. Hay una pequeña nube ajironada sobre Palma; siempre es la misma y está situada, desde hace meses, en el mismo lugar. Esa nube es irreal.

Mucho más, al menos, que la María Antonia Munar que dejé, el viernes, sonriente ante el espejo. Ahí sigue –es cierto, o puede serlo-, impertérrita y exultante, viendo como su emisario, Antoni Martorell, continúa repoblando de fieles, familiares y adjuntos el entramado organizativo de IB3. Si hay suerte y le dejan, pronto no habrá ninguna diferencia entre la televisión autonómica y el cruce delirante entre comunidad de vecinos y pandilla barriobajera de telepredicadores que era –y sigue siendo- la Televisión de Mallorca, la del corchete y la M constreñida en su interior. Me encuentro al amigo José Jaume y le pregunto sobre el tema. Me mira con su expresión de costumbre y cambia de tercio. Muy mallorquín. Entrañable.

Mientras tanto, el poder sigue haciendo dejación de funciones y son la OCB –la Obra- y el GOB –algo así como el Greenpeace doméstico- las únicas entidades dispuestas a revolotear sin parar. Es obvio que las subvenciones obran milagros. Y que el proselitismo nunca encontrará terreno mejor abonado que el de la falta de ideas. Así nos va.

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