suicidas
La Telaraña en El Mundo.
Una empresa londinense está fabricando uniformes escolares resistentes a las armas blancas. No sé si pronto acabaremos llevándolos todos. De momento, aunque haya que irse al Bronx y pedírselo a Jaime Rivera, podemos estar tranquilos. No hay “ñetas” en Palma, sólo niñatos emulándolos. Es un mal juego, pero hay otros. Los que hayan leído a Cioran o Durkheim quizá sientan un profundo respeto por el suicidio y, más aún, por los suicidas que no se suicidan. Desde esa paradoja las ideas sobre la vida y la muerte, la voluntad y el albedrío, nos invitan a un difícil viaje a través de un paisaje que, cuando no bordea la oscuridad total, se abre a la luz cegadora de un abismo, de un pozo sin fondo. Es lícito ponerse a prueba en lugares tan inhóspitos pero es estúpido y estéril confundir las propias opiniones con la realidad absoluta del mundo exterior. El reciente suicidio ritual de Xirinacs podrá convertirlo en héroe, mártir o profeta. Tanto da. Las tres opciones descalifican a sus exégetas. La pobreza del nacionalismo no reside en sus entrañas, más o menos sentimentales y perversas, sino en la debilidad patológica de su pensamiento.
Otras arenas movedizas alfombran la odisea del IEB en Frankfort. Sebastià Serra se ha sacado doscientos mil euros más para que los escritores mallorquines puedan hacer turismo. ¿Qué más puede importarle a un escritor serio un cónclave de propaganda política y usura lingüística? Algunos ya mostraron sus reticencias. Otros gustan de sacar pecho y hasta barriga. ¿Entenderán los alemanes la situación? Reminiscencias de la «Bierstrasse» o de Gomila en llamas.
Otrosí. La OCB continúa su larga marcha hacia donde no importa el sexo de los ángeles sino su lengua. Martorell sigue su estela. Pronto veremos, doblaje al catalán único incluido, las mismas películas en IB3 que en TV3. Qué ilusión. Cuánta normalidad. De momento ya veo el fútbol en Internet. Los comentaristas son chinos, pero tampoco necesito que me expliquen lo que estoy viendo.
Otras arenas movedizas alfombran la odisea del IEB en Frankfort. Sebastià Serra se ha sacado doscientos mil euros más para que los escritores mallorquines puedan hacer turismo. ¿Qué más puede importarle a un escritor serio un cónclave de propaganda política y usura lingüística? Algunos ya mostraron sus reticencias. Otros gustan de sacar pecho y hasta barriga. ¿Entenderán los alemanes la situación? Reminiscencias de la «Bierstrasse» o de Gomila en llamas.
Otrosí. La OCB continúa su larga marcha hacia donde no importa el sexo de los ángeles sino su lengua. Martorell sigue su estela. Pronto veremos, doblaje al catalán único incluido, las mismas películas en IB3 que en TV3. Qué ilusión. Cuánta normalidad. De momento ya veo el fútbol en Internet. Los comentaristas son chinos, pero tampoco necesito que me expliquen lo que estoy viendo.
Etiquetas: Artículos
2 Comments:
Pero sería interesante saber si los comentaristas saben de lo que están hablando :)
Cierto, muy cierto:-PPPP
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