rompecabezas
La Telaraña en El Mundo.
No necesito mucho para escribir. Una dosis razonable de silencio y unos pocos libros abiertos, con sus voces amigas aleteando a su antojo. Hoy, sin embargo, he cerrado de golpe uno de los libros que mejor me acompañaban últimamente: “Mortal y Rosa” de Francisco Umbral. No lo he cerrado por brindarle un homenaje al maestro. No. Lo he hecho para recordar cómo bailan, intactas, sus palabras en el aire. Por ponerme a prueba y agradecerles que, en mitad de su música, nos muestren, una vez más, cuán valiosa puede llegar a ser la soledad de quién se sabe, día a día, un poco más huérfano de referentes, un poco más ajeno a la mística de las patrias, los dioses y su andrajosa legión de escribanos a sueldo. Un poco más abandonado y vulnerable. También un poco más humano. Será que el riesgo ayuda a escribir. Ya lo sabíamos pero decirlo, ahora, es decirlo dos veces. Romper, metafóricamente, el silencio, en un país donde el lenguaje es maltratado como un libro de la Biblioteca Nacional, nunca deja de ser un consuelo.
También lo es que acaben cuadrando las piezas de un puzzle. Así, mientras el GOB reclama que se reflote el “Don Pedro” para reutilizar el material -y hasta construirse, si procede, una flotilla de llauds- la Plataforma “Salvem La Real” acaba de descubrir que Son Espases es algo así como un torrente, el lecho de un aluvión o la madre de todos los pantanos. En definitiva, que es un lugar fácilmente inundable.
Nos lo ponen a huevo. Hay que reflotar con urgencia la vieja nave, repararla a fondo y llevársela a la zona para convertirla en los cimientos sobre los que construir el nuevo Son Dureta. ¿No sería hermoso, cuando arrecien las lluvias, verlo flotar con la elegancia natural de una Sanidad viento en popa a toda vela? Sin duda. Lo único gravoso podría ser que las aguas se nos llevasen por delante el Monasterio, pero no hay problema. Los curitas siempre han sabido, a la perfección, nadar y guardar la ropa. No hay diluvio que arrase con ellos. Seguro
También lo es que acaben cuadrando las piezas de un puzzle. Así, mientras el GOB reclama que se reflote el “Don Pedro” para reutilizar el material -y hasta construirse, si procede, una flotilla de llauds- la Plataforma “Salvem La Real” acaba de descubrir que Son Espases es algo así como un torrente, el lecho de un aluvión o la madre de todos los pantanos. En definitiva, que es un lugar fácilmente inundable.
Nos lo ponen a huevo. Hay que reflotar con urgencia la vieja nave, repararla a fondo y llevársela a la zona para convertirla en los cimientos sobre los que construir el nuevo Son Dureta. ¿No sería hermoso, cuando arrecien las lluvias, verlo flotar con la elegancia natural de una Sanidad viento en popa a toda vela? Sin duda. Lo único gravoso podría ser que las aguas se nos llevasen por delante el Monasterio, pero no hay problema. Los curitas siempre han sabido, a la perfección, nadar y guardar la ropa. No hay diluvio que arrase con ellos. Seguro
Etiquetas: Artículos
2 Comments:
Reflotar, reconvertir, reutilizar, reciclar. Qué apañados.
Vengo de tu web... ¿llevarán un tampoón de esos en el culo?
Saludos
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