LA TELARAÑA: La guerra de los Dioses

lunes, agosto 8

La guerra de los Dioses

La Telaraña en El Mundo.

El asunto va de ondas gravitacionales, de distorsiones del espacio y el tiempo, de cuerpos henchidos de masa que viajan a la velocidad insufrible del vértigo. O más. Va de agujeros negros y de pozos astrales sin otro fondo que la densa oscuridad del vacío. O de lo que sea eso que llamamos vacío, que igual nos engulle que da a luz constelaciones de mundos tan solitarios y azules, o en descomposición y lucha constante, como el nuestro. ¿Quién lo sabe y cómo asumir esa voracidad, ese canibalismo galáctico?
Les estoy hablando de un nuevo método, desarrollado por los expertos de la UIB, Sascha Husa y Denis Pollney, para detectar las vibraciones emitidas por los agujeros negros, mientras juegan, o desvarían, a ver quién engulle a quién en esa eterna pugna dialéctica entre víctimas y verdugos. No parece, pues, que las cosas vayan mucho mejor allá afuera que aquí abajo.
Pero a lo que iba. Todos nuestros discursos revolotean desde lo más pequeño hasta lo más grande. O viceversa. De lo genérico hasta lo particular, si no se extravían por el camino. No resulta muy halagüeño analizar nuestras pequeñas, pero enormes, miserias y advertir que hay otra guerra de proporciones inimaginables en el Universo entero. Aquí al lado. Nunca me interesó mucho la astrofísica, pero quizá por la vía telúrica de la UIB podamos llegar a entender la efímera naturaleza de los numerosos dioses -no importa si mayores o menores- por los que tantos acabaron dando la vida. Vaya despilfarro. O no.

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