LA TELARAÑA

jueves, marzo 13

1.- ¿Cuántas cucarachas caben en tu cerebro? ¿Cuántos números rojos te acreditan? ¿Quién te espera para cerrar tus párpados? ¿Quién, para sellar tus labios?

Estoy con fiebre. Pero no deliro.


2.- El sexo es la única experiencia humana de tipo religioso que realmente ayuda a mejorar el conocimiento. Crea adicción, desde luego, pero nada en este mundo es perfecto... afortunadamente.


3.- La estupidez del ateo no es no creer en Dios - eso está al alcance de cualquiera - sino creer que no cree en Dios.

Esa formulación de fé - negativa, es decir, dialéctica - tiene tanto de exhibicionismo como de ignorancia. Podría decir que me aterra, pero no, la verdad es que me asquea.


4.- Recibí algunos emails maldiciéndome y otros halagándome por escribir lo que abajo sigue. Lo repito - muy agradecido a todos - con el deseo de confundir tanto a unos como a otros... Agitar las neuronas es la única razón de este diario.

¿Creer o no creer en el lenguaje?

Y sobre todo, ¿dónde ubicarse para afrontar la caída de los interrogantes, desde dónde manejar, con precisión gramática, las estrategias en esta gran batalla, la sinrazón de las profecías, el tornasol de los argumentos, la hinchazón irisada, lujuriosa, de los adjetivos?

Situarse adentro, en el paraíso promisorio de todos los humanismos... o afuera, en ese lugar indecible, esa hidra mitológica, ese barrio marginal voluntariamente desterrado de los virtuosos requiebros de la dialéctica...

Es posible que pienses que la pregunta carece de consistencia. Y que te digas: ¡Existimos en el lenguaje! ¡Somos lenguaje! Lo compartimos al igual que la realidad que nombramos: por eso existimos.

Tienes razón... pero, qué importa eso? ¿Importa?

¿Serás capaz de alcanzar el grado cero del conocimiento, percibir los límites no físicos del lenguaje? ¿Olvidarás todos los referentes y sabrás saltar más allá? ¿Conseguirás escapar de la telaraña?

Y si lo consigues... ¿serás inmune a la tentación de crear otra, más perfecta, más sibilina, más tuya, si así prefieres que te lo diga?

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