Boceto - esbozo - bostezo
Ética y estética... su compleja pero instantánea fusión en el poema. Poética, Metapoética y hasta Post-poética: los tirabuzones del metal domesticado, la sinrazón de un lenguaje que atenta contra el azar y el equilibrio en las balanzas. La etiqueta, hay que quitar la etiqueta. O no, que siempre resulta agradable discutir sobre teorías poéticas, modas, determinismo histórico, revolución, involución, ingeniería gráfica, la teoría del caos, la ubicuidad del absurdo, tu emoción de este instante, tu inocencia de siempre, y ese surrealismo delirante que te reconcilia con el universo ante de que todo estalle en pedazos...
Pero al final siempre nos queda el poema. Lo demás es literatura, sólo eso.
Alejandrinos (cercanías)
En un desierto íntimo de playas resecas,
arenales estriados, palmeras encorvadas
bajo el manto culpable de un sol agazapado,
en un hogar repleto de ausencias y recuerdos,
en la jaula dorada de mi ciudad dormida
aquí, levanto las manos, y pido una pausa,
una tregua, un desalojo de los sentidos,
una atalaya donde hospedar la cordura
y observarte en silencio, belleza al fin inmóvil,
quieto oasis, sutil reflejo, onda refulgente.
Ética y estética... su compleja pero instantánea fusión en el poema. Poética, Metapoética y hasta Post-poética: los tirabuzones del metal domesticado, la sinrazón de un lenguaje que atenta contra el azar y el equilibrio en las balanzas. La etiqueta, hay que quitar la etiqueta. O no, que siempre resulta agradable discutir sobre teorías poéticas, modas, determinismo histórico, revolución, involución, ingeniería gráfica, la teoría del caos, la ubicuidad del absurdo, tu emoción de este instante, tu inocencia de siempre, y ese surrealismo delirante que te reconcilia con el universo ante de que todo estalle en pedazos...
Pero al final siempre nos queda el poema. Lo demás es literatura, sólo eso.
Alejandrinos (cercanías)
En un desierto íntimo de playas resecas,
arenales estriados, palmeras encorvadas
bajo el manto culpable de un sol agazapado,
en un hogar repleto de ausencias y recuerdos,
en la jaula dorada de mi ciudad dormida
aquí, levanto las manos, y pido una pausa,
una tregua, un desalojo de los sentidos,
una atalaya donde hospedar la cordura
y observarte en silencio, belleza al fin inmóvil,
quieto oasis, sutil reflejo, onda refulgente.
Etiquetas: Literatura
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