LA TELARAÑA: La estadística del caos

lunes, noviembre 30

La estadística del caos

La Telaraña en El Mundo.




Bajan los días, perplejos, con la mayoría de la prensa catalana dando lecciones de identidad primigenia -la identidad sumergida en los mínimos intelectuales más repulsivos- o de nacionalismo empresarial, ese híbrido de dictadura étnica y consorcio que, mientras finge valor, teje cómodas redes, lechos de corrupción y molicie donde caer de pie, si van mal dadas, o sacar pecho si es al contrario, que lo será, y el Tribunal Constitucional (al que el gobierno tribal de Antich mira también de refilón, vaya mirada, cuánto cinismo y miedo) cede a la presión y se traga comas, puntos, tildes y frases subordinadas, y consiente en leer lo que otros desean y no lo que está escrito. Pura elipsis.

Todo anda, pues, turbio y, acaso, errado. En un reciente estudio de la UIB no parece que a los alumnos isleños les demanden por su visión de la vida, su umbral filosófico o, en definitiva, sus incertidumbres. No, nada de eso.

Les preguntan si fuman o beben y cuándo y cuánto, o si cortejan con la droga y así, con esos estigmas, crean dédalos de porcentajes y conclusiones donde lo obvio es que hacen lo mismo que casi todos a su edad. Ahora no sé si colegir, con alegría, que aquellos polvos trajeron estos magníficos lodos o si aceptar, resignado, que repetir errores y multiplicarlos es, desde siempre, nuestro sino. Tanto me da. Esa realidad es de pega. Como las consultas soberanistas del PSM, por ejemplo.

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