LA TELARAÑA: La educación sentimental

sábado, febrero 12

La educación sentimental

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que el Govern debe permitir en los colegios campañas políticas PP?

Sí. Por supuesto. ¿Acaso no forma parte de la sacrosanta Educación para la Ciudadanía convertir a nuestros vástagos en elocuentes camadas del nacionalismo, en fervientes querubines del espíritu del nuevo Imperio, en tiernos cantores, a capela, dúo o como se tercie, del «Jo Sóc Català», de la «Balanguera» o de tantas otras mil armonías como se me ocurren, incontables, porque las hay y negarlas sería de malnacidos, para ilustrar el gozoso futuro que les aguarda, que está ahí y que ya es casi suyo, que sólo les falta alargar las manos y extender bien el brazo en alto y agarrarlo fuerte, al futuro? Sí, ya sé que me dejo llevar por el éxtasis y el delirio, pero es que esto es así. Algo muy serio y solemne. Tanto, que no puedo frenar este arrebato, este cántico, este himno. O esta plegaria.

Adelante, pues, niños, chavales, jóvenes, adelante, que la brisa os es favorable y el Govern vela por vosotros y por vuestros deudores, por todos, y más aún que debiera, porque se olvidó -pero seguro que lo arregla en breve-, de incluir en esas prácticas lectivas de educación sentimental, corros emotivos y lujuriosos, corros inmensos -digámoslo ya: corros infinitos-, que danzaran sardanas o dibujaran los arabescos nostálgicos de las habaneras y hasta un algo -ebrio- de «ball de bot», por aquello de la catalanidad insular, y así oficiar, juntos y en absoluta comunión, el aleluya apocalíptico de ese glorioso misterio -uno, dúo o quizá trino, qué sé yo- que os hará mejores y más cultos, que os convertirá en hombres modernos de raíces firmes y señas de identidad propias; miembros ilustrados, para siempre, de la vanguardia más avanzada y telúrica, más surreal, cubista, posmoderna y heroica, más santa y más patria, más tribu y raza, más lengua, mucha más lengua: orgánica y orgásmica, desaforada, jugosa, maternal, única. Irrepetible. Me estoy quedando sin adjetivos. Qué desastre. O vaya música más inefable.

Respiro ahora (espero que el lector ya lo haya hecho un par de veces) y me digo que esto no es todo. La liturgia debe ser completa y no dejar cabos sueltos. Por eso me parece bien que el Govern, esa amalgama rutilante, quiera pisotear el ánimo levantisco de sus oponentes, del Partido Popular, de UPyD, del Circulo Balear y de cuantos, osados, no sepan apreciar que el fin último de la educación -de su educación- es hacer rebaño y conducirlo, con elegancia, hasta el matadero.

Etiquetas: