LA TELARAÑA: Realidad y ficción

viernes, febrero 18

Realidad y ficción

La Telaraña en El Mundo.

Los días nos cargan de ficción y realidad. De ficción, por ejemplo, cuando asistimos a las secuelas de los Premios Goya y al éxito de Villaronga; la pose circunspecta -pese a la discordante sonrisa en los labios- de Alex de la Iglesia dando paso al rostro de Leire Pajín, remirándose, quizá, en el espejo del asco, el tedio, la contrición o el humo simulado; las polémicas, entre crueles y retóricas, de Espada y Cercas, la metralla de las palabras en bazar ajeno, la verdad y la mentira como frutos del mismo árbol bíblico, su eterna paradoja, ese círculo -de virtud o vicio impostados- del que esperamos todo y no recibimos nada. Como de un vientre baldío.

De ficción, dije. Y de realidad, digo ahora, incapaz -como soy- de deslindar esos conceptos y situarlos en mundos dispares u opuestos. No puedo hacerlo. Nadie puede. No hay autoridad capaz de fijar esos límites en la bruma. O esa bruma sin límites.

Nos quedan, eso sí, los balances y saldos. Sobre todo, los saldos. La educación hace aguas y, en Baleares, además, nos bajan en torrentera. O en naufragio. La mitad de los menores de quince años ha repetido algún curso. Y ha de doler, dar asco, tedio o contrición repetir el viaje por el páramo desolador y vacío de un aprendizaje varado en el caos histórico, la distorsión lingüística y la total falta de perspectivas. Ese viaje circular -¡otra vez el círculo!- es estéril. Y repetirlo, perverso.

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