LA TELARAÑA: La condición humana

viernes, noviembre 25

La condición humana

La Telaraña en El Mundo.

Podría pensarse, tal vez, que la actualidad se circunscribe a lo que hagan o dejen de hacer un selecto puñado de nombres propios, un radiante o insulso catálogo de gente más o menos pública que, ya por azar o necesidad, mérito, inercia, catástrofe o por ni una cosa ni la otra, pura iniquidad política, se convierten en los puntos de referencia que luego sostienen, siquiera virtual o metafóricamente, estas columnas verticales -que leemos, sin embargo, de forma oblicua- que llaman de opinión y que no sé, a ciencia cierta, si lo son. Puede que sí y puede que no.
Sospecho, desde hace tiempo, que lo mejor que le puede pasar a uno con sus opiniones -aparte de convivir con ellas con el máximo pudor posible- es que los demás no las compartan en modo alguno. Ni por error. Ni en parte o en todo. Nunca. Nada.
Por eso espolvoreo, a veces, unos cuantos nombres propios -¡e ilustres!- por sobre otras tantas frases a medio tejer y compruebo que casi ni importa dónde caigan. O caigamos. La gramática de la realidad nos engulle a todos por igual y seríamos muy obtusos si creyéramos que algo esencial nos diferencia cuando recorremos, juntos o por separado, los mismos callejones repletos de obstáculos y tropezamos una vez y otra. Quizá nos distinga, eso sí, cierto tipo de fe, deseo, pasión o indiferencia extremas con que nos alzamos e insistimos, pero ese análisis de la condición humana, aquí, no me cabe.

Etiquetas: