LA TELARAÑA: Libertad y ortografía

lunes, enero 30

Libertad y ortografía

La Telaraña en El Mundo.
  
Parece que los ridículos ciento cuarenta caracteres con que Twitter nos permite comunicarnos con el mundo pueden llegar a dar bastante juego. O mucho. Yo ya los había probado para enviar a todos -y a nadie- algún endecasílabo, varios pareados y hasta un terceto, bien que de arte menor y siempre respetando, por supuesto, la ortografía. Que no hay verso ni tampoco idea que sobreviva a los espasmos gramaticales de la mensajería telefónica, los foros de internet y, por lo visto, también del jurado popular que declaró «no culpable» a Camps.
Obviaré la sentencia, porque abrir un debate, aun y sabiendo que le esperan otras cuitas con la Justicia, sobre trajes, zurcidos y demás amiguitos del alma es casi de chiste si lo comparamos con el terrorífico historial de la banda de Munar, Matas o el derroche del Pacte. Pero lo del jurado sí que me indigna. Los hubiera encerrado a todos, porque no es recibo que entre nueve hombres sin piedad -o muy piadosos, según se mire- no hubiera ni uno capaz de poner las tildes donde toca o de hilar tres palabras seguidas sin mácula. Es de juzgado de guardia. Y nunca mejor dicho.
Pero andaba yo a vueltas con Twitter y con el nuevo intento de resucitar la censura en la Red según desde qué país envíe uno sus mensajes. Será, nos dicen, que hay que ser prudentes con las culturas ajenas y eso sí que es cierto. Pero algo más de respeto -o un respeto absoluto- para con la libertad de expresión -y para con la ortografía- tampoco estaría de más. En absoluto.

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