LA TELARAÑA: Los rostros del desespero

lunes, mayo 14

Los rostros del desespero

La Telaraña en El Mundo.


Parece que tenemos un problema tan grave, que ni llamando a Houston. Los recortes son algo más que una metáfora contable o un eufemismo estilístico. Son gente -como la del Institut Balear de la Joventut, por citar un ejemplo- que se va quedando, de forma inexorable, sin trabajo y sin ingresos, son familiares, vecinos, amigos o conocidos que se marchan a casa -y a la nómina esperpéntica del desempleo- con la única esperanza de que la tormenta escampe. Pero el cielo sigue plúmbeo y la nubes vuelan muy bajas. Como si una terca y deletérea neblina.

Es la receta del ahorro. Sí, pero no. El aceite de ricino de la purga. Sí, pero tampoco. Es la Administración que adelgaza y que hasta intenta ponerse en forma, sin tener en cuenta, me temo, que muy pronto habrá un ejército de seres confusos -y confundidos- recorriendo las calles en busca de la estabilidad y el equilibrio desaparecidos. En busca, no ya de algún lujo antiguo, sino de lo mínimo necesario para sobrevivir y afrontar las deudas e hipotecas, los alquileres, el pan nuestro de cada día; ese que igual se merece una frente sudorosa por el trabajo, que una lívida, por el esfuerzo de buscarlo, sin éxito.

Es la economía, claro. Y son los mercados, por supuesto. Pero toda esa pirámide de grandes cifras, realidad global y saldos virtuales, apesta como si una cloaca. Sobre todo, si nos detenemos, siquiera un instante, a contemplar el paisaje y nos fijamos en el rostro de la desesperación repitiéndose y multiplicándose. No hay consuelo.


Etiquetas: