Los pareados primaverales
La Telaraña en El Mundo.
Desde siempre me
han disgustado los pareados, pero mucho más si se convierten en eslóganes que
la gente corea, como si por inercia o por llamar la atención y mudarse en un orfeón
a capela donde sumar la voz y el eco y dejarse el alma, la furia, el malestar o
lo que sea. Quizá todo, porque nada mejor que un exabrupto rimado para que las
protestas cívicas se conviertan en desfiles donde, si se grita, no es para que se
entienda algo, sino para que todos sientan lo mismo y no haya más matices que el
ripio consonante, puro y duro. Onomatopéyico.
Así, en la
penúltima manifestación contra los recortes educativos parece que «Bauzá cabrón, recórtate un cojón», copó
el primer puesto de los lances cantores. Sin duda, el pareado tiene de todo. Un
insulto, una mutilación y hasta un par de elipsis, por aquello de decir más con
menos y con la mayor contundencia.
Repaso la nómina de
esa romería poética y no osaría decir que les chirría el oído. Seguro que Lluc Gayà, de la Asamblea Universitaria,
Víctor Robles, presidente del
Consell d'Estudiants de la UIB, o Toni
Baos, de CC.OO, son gente culta y literariamente fornida. Seguro que sólo han
padecido un lapsus. Como todos, en algún momento de la vida. Yo mismo recuerdo
haber coreado varios lemas de los que no me siento muy orgulloso. Aunque alguno
me siga pareciendo divertido. Este, por ejemplo. «La primavera ha llegado y el
PC ni se ha enterado». Es un pareado pésimo, vale, pero lo grave es que ya no
sé si la primavera, de verdad, ha llegado.
Etiquetas: Artículos
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