En busca de la verdad
La Telaraña en El Mundo.
Cuando el Consell
de Mallorca era el Consell de Munar
-y eso ocurrió tanto tiempo que parece que fue siempre- acaecían cosas muy
raras con nuestro dinero. La penúltima revelación tiene que ver con la manía de
encargar informes fantasmas sobre temas espectrales a empresas fantasmagóricas
y, claro, entre tanto chirriar de cadenas y efectos especiales, al final
desaparece todo, los informes, el dinero y hasta las facturas justificativas.
Sólo quedan, y menos mal, los expedientes malheridos, la prueba fatal, no ya de
un delito, sino de la arrogancia general. Pero así iban las cosas. Y así nos
van.
Siempre hay que
rebuscar mucho para encontrar la verdad primera o última, la verdad única, se
supone, de lo que pretende ser un golpe perfecto y sólo es un golpe bajo, muy
bajo. Una traición a la confianza que debiéramos sentir hacia la Administración
y que, por casos así, no sentimos.
Otro lugar
inaudito es el disco duro de Diego
Torres. Ahí, además de mirar, habrá que escarbar, porque los técnicos no
sólo hallarán la última versión de sus archivos sino, también, cuanto haya sido
engullido por esa falsa papelera que es la de reciclaje. O la tecla Suprimir.
Hay en los discos duros una sucesión de mundos que se solapan, sin anularse.
Algo así como la nave estelar de Brian W.
Aldiss. Para llegar a la sala de mandos hay que atravesar más universos de
los que uno se imagina.
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