LA TELARAÑA: En pelota picada

viernes, febrero 22

En pelota picada


La Telaraña en El Mundo.
 
 Desnudos, pero con calcetines y zapatos. Así es como entran los visitantes de la exposición «Nude Men» en el Leopold Museum de Viena. Entran, pues, igual que salen, aunque en el intermedio es de suponer que puedan medir las pulsaciones de su desnudez física frente a la quieta desnudez del arte, de la pose ante la cámara o la paleta del artista. Ante la piedra que un día fue mole y, ahora, exacta geometría de curvas y pasiones.
 No sé si celebrar este desembarco del nudismo en el arte, porque no acabo de creerme que un museo pueda llegar a parecerse a una playa virgen en los arrabales del paraíso. Pero igual yerro. Y si hay museos, aunque se hagan llamar baluartes, que sólo son solares arrasados por la negligencia pública y privada, puede que existan esos otros museos donde el nudismo, como cualquier otra ideología más o menos rupestre, acabe retozando como en casa. Cómo no.
 Cosas más raras parecen gustarnos. Perder el tiempo con los requiebros del debate del Estado de la Nación, por ejemplo. Ahí sí que quisiera ver yo a sus señorías, en pelota picada, discutiendo sobre si ya asoman los lujuriosos michelines o si, tan sólo, las tercas costillas del hambre. Hay que ver lo difícil que resulta interpretar un desnudo. Pues sí.

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