LA TELARAÑA: la pasión de figurar

lunes, septiembre 28

la pasión de figurar

La Telaraña en El Mundo.




Es difícil que el Govern mengüe el gasto público sin aligerar su nómina de altos cargos. La figuración, ante todo. La UIB abre su curso, con aires de Bolonia, y ahí tiene que ir el mentor de cultura, Bartomeu Llinàs, a decir que "El conocimiento es la mejor arma para afrontar el futuro con confianza", que es como no decir nada y refocilarse, además, revistiendo las lápidas.

Igual pasó en las Conversaciones Formentor. Las expectativas de alentar una reflexión proustiana sobre el lenguaje -esa memoria del útero- las anuló el director del ramo, Pere J. Martorell, con su metódica sandez de "acercar la realidad literaria de diferentes ámbitos lingüísticos, geográficos e imaginarios". No hay nada que acercar o alejar. La creación oficia su propio lugar y tiempo más allá de las islas funcionariales.

Pero ahora toca relajarse con las niñas góticas de Zapatero. No cabe invocar derecho a la intimidad tras una foto oficial con Obama. La escena -visible, sin censura, en la Red- me retrotrae a la Familia Addams. Pero no rían. Me importa poco la faz de las crías. El problema es otro. Su disfraz. ¿De Halloween, vampiresas New Age, punkis domadas? Lo ignoro. Por eso voy y vuelvo, perplejo, de la sonrisa presidencial al horror negro de las túnicas y botas paramilitares, como si dos skinheads de pega hubieran aterrizado en el G-20. Así nos luce el pelo. Y el protocolo. Ya sólo nos supera Gadafi.

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