LA TELARAÑA: La cápsula del tiempo

viernes, febrero 12

La cápsula del tiempo

La Telaraña en El Mundo.



A veces emergen, por entre los pliegues atormentados de las piedras, algunas cápsulas del tiempo. En ellas se condensa -quizá en unas monedas, una plica, un sello, el aroma indefinible de una flor reseca o el mapa de un territorio sumergido- el espíritu de supervivencia que tanto parece preocuparnos. Acaban de hallar una en la Catedral de Menorca. Allí, una botella ha viajado a través del mar de los días para alcanzar, al fin, la orilla de un mundo que ya no es el que era. O sí. No cambia tanto el mundo como nos dicen.

Con todo, es de alabar el gesto romántico de querer dejar constancia de que aquí estuvimos. Tanto, al menos, como desear lo contrario, que todo cuanto fuimos o hicimos escape a la memoria de los hombres. Porque de eso se trata, de memoria, de frágiles briznas de humanidad esparcidas sin más orden ni concierto que el que el futuro les atribuya. Material de desecho en esta sucesión de actos basados en la prueba y el error o el éxito, que suele ser la vida. Debiera serlo.

Mientras tanto, la actualidad cabalga, entre nombres propios y testaferros, con gran trasiego de carteras y avalancha de recién llegados. Un estruendo enorme que, no obstante, ocurre ante la mirada hierática de la Presidenta Munar. Yo, metafóricamente hablando, la metería en una cápsula del tiempo y que el futuro, si puede, se las apañe con ella. Está claro que Antich y compañía, ni saben ni quieren.

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