LA TELARAÑA: La isla secuestrada

lunes, diciembre 6

La isla secuestrada

La Telaraña en El Mundo.

El Puente de la Constitución empezó con un secuestro masivo de viajeros por parte de los controladores de AENA, con un simulacro de ley marcial impuesto por el Gobierno y con los militares tomando, con nocturnidad, las torres de control de los aeropuertos como si, a falta de personal titulado, pudieran restablecer el tráfico aéreo, ese jeroglífico de autopistas y andenes en los cielos, sólo con su venerable presencia. El espectáculo sería un delirio, sino fuera una indignidad. O una vergüenza.

Así las cosas, me cansé la noche del viernes de ver, una vez y otra, a Paulino Rivero, el presidente canario, cuando lo que quería era oír a Francesc Antich, poniendo a parir a más de uno, en vivo y en directo. No pudo ser, porque mientras varias cadenas –y todas las redes y medios digitales- dedicaban su parrilla a la crisis, IB3 ofrecía una película tras otra, como si el caos no se hubiera adueñado de Son Sant Joan y la isla entera no estuviera, literalmente, en cuarentena. Viva la actualidad.

Al acostarme, amanecía. Sentí frío al pensar que un puente arruinado no es, si no se quiere, un puente en ruinas. Que si lo que se celebra estos días es la efemérides de la actual Constitución lo que, de veras, debiera preocuparnos es que algunos se empeñen en destruirla y echar, tal vez, el puente abajo. No sé ustedes, pero prefiero vivir bajo un puente, que a la intemperie. Metáforas al margen, claro.

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