Puede que la actualidad venga con letra muy menuda a modo de
subtítulos y que leerlos sea imprescindible para llegar a entender algo de lo
que está ocurriendo. Porque ocurren muchas cosas. Repaso el video viral de la
transformación de Josete, de
gorrilla sin techo, con greñas y depresión a flamante hípster con tupé, barba quijotesca
y alguna que otra esperanza recuperada, y compruebo que lo más importante no es
lo que se ve o se dice en el video, sino la ayuda que La Salvajería y Dr.
Filmgood le han prestado a cambio, por supuesto, de una publicidad que puede
que sea impagable.
También es impagable, desde luego, sacar a un hombre del
callejón sin salida de la calle, el letargo emocional y las enfermedades
incapacitantes y devolverlo más o menos sano y salvo a la línea de salida de
ese maratón, a veces tortuoso y asfixiante, que suele ser la vida. Que siempre
es la vida. Ahora sólo nos queda por saber si Josete logrará salir de entre los
coches y las limosnas de las mejores plazas de Palma y convertir el espíritu de
la plaza, tal y como le llaman en el video, en el espíritu de la que tendrá que
ser su propia vida. Necesitará suerte. Ojalá la tenga.
Los que no tuvieron ninguna suerte -por lo visto en otro
video, que también está arrasando en las redes: ese pestilente estercolero es
su hábitat natural, por supuesto- fueron los asistentes al partido de
infantiles entre el Alaró y el Collerense. Estamos hablando de niños de 12 y 13
años. Estamos hablando de una violenta pelea campal entre algunos padres de
ambas aficiones por una patada de más o de menos. Estamos hablando de un
comportamiento vergonzoso que aleja a los niños de los beneficios del deporte y
los convierte en víctimas inocentes del irracional fanatismo de algunos padres
absolutamente desnortados. ¿Habrá que repetirles que sus hijos no son Messi ni Cristiano?
A los que no sé muy bien qué diablos repetirles es a los que
nos gobiernan desde las instituciones. No es posible que, con tanto por hacer o
deshacer, se les ocurra perder el tiempo, una y otra vez, con declaraciones
políticas que sólo son auténticos brindis al sol. La penúltima hazaña de la
Cámara de nuestro Parlament ha sido aprobar una proposición no de ley que insta
al Gobierno y al Ministerio de Defensa a que dejen de organizar actos civiles
de jura de la bandera española, porque, según Patricia Font, generan división social y utilizan recursos
necesarios para la prestación de servicios públicos del Estado del Bienestar.
El asunto sería de risa si no mentase la escasez de los recursos públicos, el dinero,
en definitiva, con que les pagamos a estos políticos estas payasadas.
Etiquetas: Artículos
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home