tras la muerte de Delibes
Murió Miguel Delibes y dejé correr la noticia como si no fuera conmigo. Iba, y mucho, pero no encontré oportuno hacérselo saber a nadie... Nunca me gustaron las necrológicas.
Hoy, sin embargo, quiero dejar constancia de mi apoyo a Eduardo Jordá por un artículo en el que, aparte de destacar, explicitamente, las virtudes esenciales del enorme escritor vallisoletano, no hace sino reflejar, literariamente, su propia interpretación de las lecturas de Delibes y de su mundo.
Resulta cuando menos curioso, pero sintomático, que lo que sólo era un homenaje sirva ahora para una caza de brujas absolutamente infame.
Pueden empezar a enterarse del tema a partir de este enlace.
Etiquetas: Literatura
7 Comments:
No leo nada en el artículo de Jordá que sea tan polémico y que justifique semejante reacción. Será que no hay problemas en este país.
Hay problemas? No sabía;-PP
Hombre la pregunta retórica "¿Hay una ciudad más triste que Valladolid"? es un poco heavy.
Puede que a los melancólicos no nos parezca una frase tremebunda, (personalmente me resulta más ofensivo el sol insultantemente esclarecedor palmesano) pero a la gente normal no le gusta lo triste.
Si tal vez hubiera dicho "nostálgica".
Sonja,
es que Valladolid no es nostálgica, es triste de cojones.
No sabía yo nada ni del artículo ni del pollo que se había montado.
En España no hay problemas, lo que hay son úlceras. De hecho está toda cubierta de llagas. Y claro si va alguien y pone el dedo, pues eso, con un poco de suerte, se arma la de Dios es Cristo.
Saludos
Ángel... te van a nombrar hijo predilecto de cojones:-PPP
Sonja, con las interpretaciones de los demás se puede estar de acuerdo o no, pero montar el pollo que han montado... no, eso no;-)
Abrazos a los dos.
"es que Valladolid no es nostálgica, es triste de cojones"
¿En serio?¿Más que Bilbao?
ahora sí que la voy a liar parda...
De turismo en esta última uno al que preguntamos va y nos dice "yo soy de aquí pero reconozco que la ciudad es fea de cojones"!!!
Yo no me atreví a contradecirle claro.
Un saludo Juan, pero hay que reconocer que al fin y al cabo hay libertad para montar pollos, diría que ante quien empuña un pollo solo cabe esgrimir otro más gordo.
Sonja,
con todo el cariño, que sí, que es tristísima. Casi, casi tan fea como Bilbao. O como provinciana Sevilla, o Barcelona, o... No te digo nada de Gerona, la Florencia catalana.
Efectivamente, hay libertad para montar los pollos que uno quiera. Lo que me parece significativo es que aquí los cirios se montan por patriotismo de campanario -¡literal!-, es decir, son, cada vez más, de vuelo gallináceo. ¡Volvemos al municipio!
Abrazos!!!
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