LA TELARAÑA: El guión y sus secuelas

sábado, diciembre 18

El guión y sus secuelas

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que el PSOE actúa con exceso de benevolencia en los casos de corrupción que afectan a su partido?


No. Cuando se vive de la simulación y las apariencias resulta muy complicado distinguir entre verdades y mentiras, por no hablar de medias verdades, medias mentiras, cintas de video en IB3 o en Televisión de Mallorca, grabaciones y posados fotográficos a la hora prevista -pero difusa y vacía- de máxima audiencia, declaraciones altisonantes en los medios afines o declamaciones erráticas en los chirriantes y, al final, qué remedio, revuelo de micrófonos y flashes en la antesala de los juzgados, en el corredor de la opinión pública, en la tela blanca, inmensa, donde las sombras se multiplican y los perfiles se difuminan y el color blanco y el color negro son el arco iris entero y nada es lo que parece porque, en realidad, todo está tan podrido que airearlo espanta y los míos son los buenos y los otros son los culpables y así son las cosas -cómo podrían ser de otra forma- y aquí paz y allá gloria o qué sé yo, quizá devastación y asedio, una hecatombe, una quiebra, un desfalco de ilusiones, la brisa del vértigo en la frente sudorosa y los ojos velados, esto es la guerra, un corrimiento de tierras, un desplome rotundo, quizá una caricia, un paréntesis y luego nada, el silencio o acaso la risa gélida, y pelillos a la Mar Blau o donde fuere que quieran ir, si quieren, que cuatro años pasan rápido y hay que hacer caja y pulirse hasta la escarcha de las esquinas o el moho dorado, esa pelusilla verde, de los amarres, los muros de piedras vacilantes volcadas, como por azar, sobre las vías angostas del tren o en cualquier otra parte, y más aún, lo que sea y lo que haga falta. Luego la piedra pasa volando y nadie reconoce haberla lanzado, pero vuela. Es un prodigio.

Con semejante panorama, apenas sí cabe sacar conclusiones. Yo no creo que haya condescendencia ni exceso de bondad, porque lo que hay es cinismo absoluto y ceguera selectiva, sumisión y corporativismo de partido, adoctrinamiento, empatía y hoy cae quien te precede o quien te sigue, pero mañana caerás tú y hay que saber desplomarse sobre abatido y muelle, sobre las propias ruinas como si fueran ajenas, para que duela menos o duela nada y el mantra de la transparencia se convierta en mutismo siciliano y en hoy por ti y mañana por mí o viceversa, como en esa película de precuelas y secuelas, en la que tanto los personajes como el fuego son tan reales que parecen de fogueo. Pues no sé, quizá lo sean.

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