LA TELARAÑA: La libertad perdida

lunes, julio 16

La libertad perdida

La Telaraña en El Mundo. 


 A un amigo en Internet -ese lugar donde la amistad tanto necesita del sentido del humor- le dije, hace poco, que la escatología y la economía son cosas absolutamente distintas -o casi, pensé luego-, cuando me planteaba, muy convencido, que ante la situación actual de recortes e impuestos devastadores (sic) sólo se podía optar entre una auténtica revolución popular o la compra urgente de gran cantidad de vaselina y rodilleras.

 Entiendo más -mucho más- lo que quiso decirme con la elocuente metáfora de los utensilios de la sumisión, que con el pleonasmo aterido de la revolución social, porque en ese aire de trincheras y locura colectiva apenas sí puede caber el pensamiento. Y donde no caben las ideas, seguro que tampoco cabe otro lenguaje que el de la muerte, el absolutismo sectario y el secuestro de la libertad de cada uno y, así, de todos.

 Pero comprendo la crispación general. Y la hago mía, al menos, en los casos extremos y más crueles. Por empatía. Inercia. O por hastío. Otra cosa es que ya no crea en solución alguna. Y que hasta piense -no sin sonrojarme- que el Gobierno de Rajoy (como el de Bauzá en estas islas) hace lo que hace, porque no tiene otro remedio. Ahí radica la cuestión. En alguna parte y en algún momento perdimos la libertad sin darnos ni cuenta. ¿Dónde, cuándo y cómo la recuperaremos?


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