La migraña conceptual
La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Cree que Aina Calvo haría mejor oposición que Armengol en el Parlament?
No. Tal y como
funciona nuestra democracia no parece que la oposición cumpla otro papel que el
del enfrentamiento sistemático, continuo. Así, a falta del florecer
asilvestrado y lúdico de ideas, que podrían reciclarse, adaptarse y adoptarse
-que sería lo lógico-, el diálogo parlamentario se convierte en una parodia
donde nadie escucha a nadie, porque cuando la terrible voz única del partido
mayoritario -o de la coalición de partidillos en el poder- esparce sus virutas
de metralla todos tiemblan. ¡Y cómo tiemblan! Se trata, claro, del peor
escenario posible para lo que ahora llaman la “gobernanza” y se convierte en el
paso cíclico de un rodillo o de una apisonadora, donde la fuerza matemática de
los votos es un veto general a la inteligencia y, en definitiva, una pésima
manera de entender y gestionar la realidad. Pero así están las cosas.
Extrañará, pues,
que yo prefiera a Francina Armengol
antes que a Aina Calvo para liderar
la oposición del PSIB-PSOE en el Parlament. Pero es que, no pudiéndoles
adjudicar a ambas -por sus hechos pasados- ninguna relevancia personal, sólo
nos queda resignarnos y apostar por el espectáculo puro y duro; y ahí sí que
Armengol, con su exaltado séquito nacionalista alrededor, da mucho más juego al
país; y el país, además de sentir el escalofrío y el vértigo de la orfandad,
acaba sin reconocerse ni el rostro. Magulladuras aparte. Expolios y vejaciones institucionalizadas,
como las de la lengua o la historia, entre otras.
Etiquetas: Artículos
2 Comments:
¡Amén!
:-)
Abrazo!
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