Hoy, traducciones y libros en Babel
Y este es el cuestionario que me hizo llegar Laura Jurado (¡gracias, Laura!) y las respuestas que le di:
- ¿Por qué la traducción del poemario? ¿Se acerca a un nuevo
público?
Hasta la fecha me han traducido al francés y al portugués,
pero también al polaco y al flamenco, dos idiomas que me son ciertamente
ajenos. Ya tocaba, pues, que alguien de una lengua que me resulta muy familiar,
como es el catalán, se haya interesado por mis cosas. Y si así gano nuevos
lectores, bienvenidos sean.
- ¿Quién la ha hecho?
Natàlia Rabassa y Anna Alsina. Y quiero significar que su
traducción es perfecta, minuciosa y brillante. Un trabajo espléndido.
- ¿Buscaba una traducción fiel a la obra original o era como
crear de nuevo?
No buscaba nada en especial, aunque sí que sentía cierta
curiosidad ante la inevitable traición que siempre conlleva cualquier
traducción. Me ha hecho muy feliz constatar la absoluta dedicación y la
honestidad intelectual y lingüística con que se han enfrentado a mis textos.
-¿Podría hablarse de un hilo temático en la obra?
Sí, Los Pliegues Ocultos -y, de hecho, toda mi obra- tienen
mucho de viaje quimérico o, incluso, de descenso a algunos infiernos más o
menos personales. Y no hay viaje sin expectativas, preparativos y dilaciones,
sin esperanzas, pérdidas y también, creo, algunos hallazgos. Todo ese hilo
conductor está en el libro.
La crítica, salvo honrosas excepciones, apenas se ha ocupado
de mis libros. Pero aunque lo hubiera hecho, tampoco veo por qué tendría que
preocuparme por sus diagnósticos. Mire. Todo es interpretación y cada uno es
sólo responsable de la suya propia.
- Nadal Suau elogió su carácter barroco, ¿buscaba esa
característica al escribirlo?
No. Nunca he buscado nada, aunque es cierto que, a veces, he
tenido la fortuna de encontrar alguna que otra cosa. Es entonces cuando uno se
siente con ganas de exclamar el viejo ¡Eureka! de los griegos y hasta de
comprender el auténtico sentido de la poesía.
- También aseguró que usted bebía más de la tradición inglesa
(anglófila) citando a Pound y Eliot. ¿Le encaja?
Sí, por supuesto. Ambos aparecen en mis libros al igual que
Juan Ramón, San Juan de la Cruz o Georges Bataille, entre muchos otros. En
cualquier caso, la flema y la ironía británicas no pueden resultarle del todo
ajenas a ningún isleño de Cotiledonia, como es mi caso.
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