LA TELARAÑA: Un acto de fe

viernes, noviembre 7

Un acto de fe


La Telaraña en El Mundo.

 Repaso algunas fotos antiguas de Palma y del Paseo del Borne como si estuviera buceando entre las aguas revueltas de mi memoria. Ahí adentro hace frío y amenaza (tal vez igual que afuera) naufragio, pero recupero el aliento, pese a todo, al rencontrarme con los espectros en blanco y negro del Bar Formentor, la espectacular y decadente cafetería Miami, el desconocido Oriente, el turístico Antonio y la familiar Granja Reus, entre otros. No me olvido, por supuesto, del Kiosco de prensa ni del chiringuito La Tortuga, justo enfrente. Tampoco de la presencia perpetua del Bar Bosch que es el único establecimiento que ha sabido sobrevivir a los años aferrándose al poder de convocatoria (no sé si asamblearia) de las terrazas.
 Supongo que así funcionan las ciudades. Y la vida. O la memoria. A un paisaje urbano le sucede, inevitablemente, otro distinto y, aunque nos pueda parecer excelso sobrevivir a las mudanzas del tiempo, la verdad es que también nosotros cambiamos con ellas. ¿Seguimos siendo, pues, los que fuimos? ¿Somos ya los que seremos? ¿Hay algo en nosotros más allá de la luz intermitente de la voluntad o el deseo, los presagios, los bosquejos, acaso las insinuaciones?
 Es en este paisaje somnoliento y revelador donde incluyo la última encuesta de intención de voto del CIS con la anunciada noticia de la irresistible ascensión de Podemos y la debacle de PP y PSOE. Pero no es hora, todavía, de meterse en los lodazales de la razón sino de recordar que, hoy más que nunca, votar no es sólo un acto de voluntad, sino de fe.
 

 

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