Las larvas
La Telaraña en El Mundo.
Estoy esperando que llamen a la puerta de casa, pero deberé ser paciente. No es fácil encontrar un técnico capaz de arreglar la nevera que compré hace muy poco más de dos años y que, naturalmente, dejó de enfriar ayer mismo. Creo que en su interior se está formando una especie de agujero negro donde la realidad se pudre a marchas forzadas, mientras paseo nervioso por los pasillos, recalo un instante en esta página y regreso a la cocina. Abro el frigorífico, palpo sus costuras y me desespero del calor y la bruma, del frío que no llega y de la realidad que se descompone en un mar de moho y larvas. Las larvas siempre me parecieron repugnantes.
Estoy esperando que llamen a la puerta de casa, pero deberé ser paciente. No es fácil encontrar un técnico capaz de arreglar la nevera que compré hace muy poco más de dos años y que, naturalmente, dejó de enfriar ayer mismo. Creo que en su interior se está formando una especie de agujero negro donde la realidad se pudre a marchas forzadas, mientras paseo nervioso por los pasillos, recalo un instante en esta página y regreso a la cocina. Abro el frigorífico, palpo sus costuras y me desespero del calor y la bruma, del frío que no llega y de la realidad que se descompone en un mar de moho y larvas. Las larvas siempre me parecieron repugnantes.
Etiquetas: Artículos, Literatura
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