LA TELARAÑA: ¿Optimizar o desmantelar?

sábado, agosto 4

¿Optimizar o desmantelar?

La respuesta al debate de los sábados en El Mundo: ¿Es un error la decisión de Hacienda de desmantelar la Unidad Judicial contra la corrupción en las Islas?

 No. En días de recortes hay que hilar muy fino para saber qué se pretende al eliminar la Unidad Especial de Investigación Judicial contra la Corrupción, un grupo que le ha prestado grandes servicios a nuestra siempre convulsa, cuando no indecisa, democracia. El impagable desmantelamiento de la corrupción -encarnada por los casos de Matas y, siempre, de Munar, con el añadido ejemplar de las virtuosas ONGs de Iñaki Urdangarín, a la sazón Duque de Palma- constituye el currículo más excepcional que pudiera exhibir nadie a día de hoy.
 Sin ellos, sin su valiente labor contra la putrefacción del poder, este país seguiría pareciéndose, como un calco a su modelo, a la tierra en llamas de Al Capone o a la silenciosa isla de la mafia siciliana, ese otro tipo de fascismo. No digo que no siga siendo, aún, así, pero seguro que gracias a ellos algo ha mejorado. O eso creo.
 Pero ya dije que hay que hilar muy fino con las palabras, porque no siempre significan lo que dicen, sino otra cosa. La propia Agencia Tributaria y el Partido Popular se niegan a hablar de desmantelamiento alguno y sí, en cambio, de una optimización de los recursos humanos; es decir, de un cambio de modelo organizativo que permita, con otra estructura, lograr el mismo resultado. Aquí ya entraría la fe en el lenguaje para poder valorar el asunto y, como mi fe resulta más bien raquítica, lo mejor es dejar que el tiempo ponga a todos en su sitio. Es seguro que, tarde o temprano, sabremos, y con todo lujo de detalles, si este desmantelamiento es tal o no. Si siguen cayendo corruptos o si, como por arte de magia, resulta que todo el mundo es bueno. Convendrá, desde luego, seguir con atención el parpadeo de la pantalla y olvidarse, en fin, de lo que ahora sólo es publicidad de parte o simple pataleo hipócrita, como el del PSIB, el PSM y demás grupúsculos ecolingüísticos a los que aún se debería investigar; y no poco, por cierto.

Etiquetas: