Voy de la realidad a los recuerdos -o a los sueños- como quien
cruza el interior de la tierra para trabajar en las minas de la civilización y
dormir en la miseria del extrarradio o las colonias. Sí, estuve viendo la nueva
versión de «Desafío Total», pero sólo hasta que el «déjà vu» se me convirtió en
un argumento más del film y eché en falta, quizá, a Sharon Stone o al viejo Arnold.
Pero la película es lo de menos. Ya había soñado ese viaje.
Con Philip K. Dick, claro, pero
también a solas, que es otra forma de ver el mundo y palpar su estructura de
cera y colmena. Esa brisa que alienta, por igual, los sueños que ahora son de
poder como antes de rebelión. O viceversa.
Mientras
tanto, Serveis Ferroviaris de Mallorca cumplió la primera de sus huelgas.
Fantástico. Que nadie viaje. Que se pudran las vías muertas que podrían
llevarnos a Marte o al otro mundo. Asimismo, el Govern ha abandonado el
Institut Ramon Llull. Genial, porque ahora el Institut d'Estudis Baleàrics
podrá hacer lo que nunca hizo y, además, el IRL no se olvidará de nuestros
artistas en catalán. Faltaría más. Desearía ser un mimo. Un gesto mudo sobre el
telón vencido de una sala cerrada. Dicen que ahí afuera está el mundo. O sus
recuerdos. O sus deseos. O ni eso.
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