LA TELARAÑA: Las redes sociales

martes, mayo 20

Las redes sociales


La Telaraña en El Mundo.
 
 Puede que las redes sociales no sean sino lo que los usuarios publican en ellas. A veces, una colección de frases aceradas que brillan, turbulentas, en mitad de la noche como el filo cariado de una cuchilla rota. Un alud incierto de imágenes con la resolución forzada y el objetivo a contraluz.
 O un acordeón chirriante de ideas con los viejos cañones gramaticales lo suficientemente recortados como para que sepamos que la pólvora es de pega; y que el ubicuo código binario del software sólo da para proyectar esa torpe y estrecha dialéctica donde los colores se funden en el blanco y negro estrictos de una ciénaga y los pensamientos se camuflan en el vientre agrietado de un discurso tan gregario o maniqueo como, presuntamente, social. O de todos. Resecas voces de ira y aire: exabruptos y regüeldos. Pues buen provecho.
 Con todo, sólo se escandaliza quien quiere. El que tiene tiempo que perder y lo acaba perdiendo, una vez y otra, quizá con el vano pretexto de rencontrarse, al fin, más allá de la realidad; en ese sueño virtual donde tenemos cientos o hasta miles de amigos y somos, además, los fotógrafos más jaleados del universo, los escritores más leídos del orbe, los pensadores más ingeniosos, refulgentes y hasta lúcidos en un mar tan denso, profundo y negro como, quizá, vacío. Lástima que ese mar sólo sea el sulfúrico espejismo de un sucio charco donde no hacemos otra cosa que chapotear como niños, prematuramente envejecidos, en la hora magnífica de un recreo que, por desgracia, no puede sino aburrirnos. Y nos aburre.

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