LA TELARAÑA: Los manifiestos

viernes, julio 18

Los manifiestos


La Telaraña en El Mundo.
 
 Parece que la cosa va de manifiestos. Es decir, de elaborar un catálogo de afrentas lo más prolijo y conceptual posible y de buscarle alguna salida de síntesis al enorme entuerto, algún discurso afectado, por lo tanto, de metáforas rebuscadamente sencillitas y de buenas intenciones sociales. Cómo no. Se trata, pues, de poner la realidad en una cuarentena similar a la del barbecho para invitarnos a reflexionar sobre sus problemas y los nuestros: buscarle la luz colectiva al apagón de la inteligencia, mejorar su aspecto, su aura a mundo futuro sin más futuro que la debacle, la disolución o, y eso es siempre lo peor y lo más probable, el triunfo final de algún espejismo, del que sea.
 Porque siempre hay algún espejismo que nos seduce sin que sepamos por qué o cómo. Alguna idea u obsesión que nos palpita con letal urgencia en las sienes. Alguna especie de maldad telúrica que se nos ocurre, quizá entre sonrisas, y con la que pretendemos quitarnos la máscara ante todos y así vernos, al fin, tal y como quisiéramos ser vistos. Lástima que no haya forma de que las imágenes se estén quietas.
 Pienso ahora en «Libres e Iguales» y en Vargas Llosa o Fernando Savater. También en el nuevo manifiesto federal de Sartorius o Baltasar Garzón. Pienso en “PLIS. Educación,  por favor” y en lo difícil que es intentar construir un oasis en mitad de la uniformidad desértica del pensamiento único. Pienso que una vez me adherí a un manifiesto (al de la Lengua Común) y que, hasta que se cumpla, no me hace falta firmar ningún otro. Qué alivio.

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