LA TELARAÑA: Fetichismo y realidad

viernes, junio 13

Fetichismo y realidad


La Telaraña en El Mundo.
  
 Menos mal que hoy comienza, al fin, la andadura futbolística de España en Brasil, porque ya empezaba a resultarme del todo punto imposible seguir atento a los flecos judiciales, fetichistas y hasta metalingüísticos, al parecer, de la más que próspera farmacia de José Ramón Bauzá como máximo y casi que único objetivo de una descarriada y lamentable oposición política que, salvo invadir aulas, conciencias y patios escolares, lleva toda la legislatura y algo más sin otra labor reconocible que atender a las disputas y delirios ideológicos en las redes sociales; sobre todo, en Twitter.
 En sus orillas de cristal líquido (me temo que ante el monitor de esa playa muchos parecen haber perdido el oremus) la sucesiva resaca de los ciento cuarenta caracteres por mensaje no acaba de inundar por completo la realidad, pero sí que, al menos, la encharca con el alud propagandista de las inquebrantables adhesiones virtuales de los que no tienen otra mejor que hacer que sumarse a lo que sea que se diga o lleve la corriente.
 De ahí al asfalto de las urbes parece que va sólo un paso; y así es, en efecto, que se llenan algunas calles y no pocas plazas y la ciudad se parece a un zoco de cólera o un bazar de ira. Un tótem alrededor del cual el gentío da vueltas y enarbola sus banderas, tararea sus consignas y descubre, finalmente, que siempre son pocos los blasones y menos, aún, los cánticos; que la realidad y el espejismo de nuestros mejores sueños no sólo no son lo mismo, sino que, además, tampoco tienen por qué serlo. Aunque nos duela.

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