El suicidio de los niños
La Telaraña en El Mundo.
Puede que los problemas propios de la adolescencia y la
juventud no sean sino un terrible anticipo de lo que habrá de venir poco después:
la complejidad de la vida más o menos adulta, su rosario de deberes y
responsabilidades sin depurar, su carga de fe irracional en las emociones, su
variado catálogo de placer y dolor, de juego y miedo, su poso de té y
civilización donde ya no hay ni rastro del futuro; o el futuro se evapora, a
marchas forzadas, por entre las crines enmarañadas del tiempo. Los trabajos y
los días. Los espejismos nocturnos. La resaca del alba cuando al abrir los ojos
nos enfrentamos al hastío de siempre. La asfixia, la ficción de los círculos
viciosos.
Pero observo el panorama y tiemblo. Una niña de trece años acaba
de dejarse caer, silenciosamente, cinco pisos abajo hasta el estrépito último de
la muerte. Quizá el ancestral acoso escolar o cibernético, ahora llamado «bullying».
Quizá mil otras nubes con sus particulares tormentas interiores. El alarido
familiar de los canes negros o la mueca desencajada e invencible de la
tristeza.
Etiquetas: Artículos
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home