LA TELARAÑA: El bálsamo de los deportes

martes, junio 10

El bálsamo de los deportes


La Telaraña en El Mundo.
 
 Aunque no lo parezca siempre hay tiempo para todo. Para la gente que queremos y también para las tertulias sociales. Para la dispersión y el entretenimiento más inocuo, pero ilustrativo y hasta balsámico. Para la literatura y también para uno mismo; y esas extrañas reuniones privadísimas de las que sólo se sale, cuando se sale, tan excitado como taciturno, tan harto de la obscena palabrería (alrededor, pero también adentro) de los dioses y diosecillos ajenos, como insatisfecho y decepcionado por la dimensión exacta de las propias fuerzas, la fatiga súbita del intelecto y de los sentidos ante la luz que nunca acaba de llegar y el cuerpo en la penumbra que somos y no sabemos cómo somos. O algo así.
 Quiero decir, pues, que podemos abstraernos de casi todo y situarnos más allá de la realidad: exactamente en su limbo o en la telúrica carta de ajuste de una televisión ideal que sólo respondiera a nuestros designios. Este pasado fin de semana tocó deportes.
 Por un lado, el Mallorca salvó en Córdoba la categoría, y hasta los muebles, poniéndose ahora, al parecer, entre las manoplas de Aouate y las frías manos millonarias de Abramovich. O viceversa. Por el otro, Rafael Nadal volvió a lucir nuestra ancestral destreza de honderos míticos en la tierra batida de París, como si en las playas de Manacor o Normandía. Entre ambos, la selección de España preparaba el Mundial de Brasil, con Diego Costa como jugador más español entre los españoles. No bromeo. Para ser español lo primero, y casi que lo único, es querer serlo. Cómo no.
 

Etiquetas: