La cárcel de plasma
La Telaraña en El Mundo.
Quizá la cárcel ya no es aquel lugar mugriento y peligroso que aparecía (y que aún aparece) en algunas películas más o menos ejemplares. O igual es que hay cárceles a la carta; cloacas inmundas para unos y apañados lugares de retiro y meditación para otros. Lo ignoro, pero la imagen de Luis Bárcenas, elegantemente trajeado y relamido en el plasma hiperbólico de la comisión del Parlament que investiga la construcción de Son Espases, nos obliga a añorar la bola de hierro y los grilletes en los tobillos, el traje de lista (a rayas verticales) y hasta el zumbido sudoroso de las viejas moscas voraces, como abejas en abril, perseguidas, perseguidas, por amor de lo que vuela. O así. Seguro que recuerdan esa música.
Quizá la cárcel ya no es aquel lugar mugriento y peligroso que aparecía (y que aún aparece) en algunas películas más o menos ejemplares. O igual es que hay cárceles a la carta; cloacas inmundas para unos y apañados lugares de retiro y meditación para otros. Lo ignoro, pero la imagen de Luis Bárcenas, elegantemente trajeado y relamido en el plasma hiperbólico de la comisión del Parlament que investiga la construcción de Son Espases, nos obliga a añorar la bola de hierro y los grilletes en los tobillos, el traje de lista (a rayas verticales) y hasta el zumbido sudoroso de las viejas moscas voraces, como abejas en abril, perseguidas, perseguidas, por amor de lo que vuela. O así. Seguro que recuerdan esa música.
Etiquetas: Artículos
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