La Piedra Rosetta
La Telaraña en El Mundo.
No parece que vaya a quedar mucho de nosotros. Ya no
escribimos cartas que puedan sobrevivir, sudorosas y amarillentas, al paso del
tiempo, sino emails y mensajes rápidos, volátiles susurros en la nube digital
que nos envuelve. No imprimimos fotos, sino que las almacenamos en los
sucesivos discos duros que se nos van rompiendo a lo largo de los años. No
guardamos discos de vinilo sino mp3 o ni eso, simple música de consumo inmediato
en el vivo y en el directo imaginarios de un par de programas informáticos.
Yo mismo, hace unos meses, tuve que deshacerme de cientos de
disquetes porque ya no tengo disquetera en el PC y, además, ya no existen
aquellos venerables programas de edición de textos, básicamente bajo MS-DOS o
Windows 3.11, con que solía escribirlos. Pronto haré lo mismo con los casetes y
hasta con las cintas de video. La obsolescencia programada de soportes (y también
de formatos) va reduciendo nuestro pasado a un montón de sombras indescifrables.
Etiquetas: Artículos
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