LA TELARAÑA: «No a la guerra»

martes, diciembre 8

«No a la guerra»


La Telaraña en El Mundo.
 
 
 No me cabe la menor duda: muere demasiada gente en este mundo. Me refiero a muertes por culpa de la guerra de guerrillas que se ha eternizado en la mayor parte del planeta. O sin exageraciones, en los cinco continentes y los cinco océanos que hay sobre la Tierra. No existe, sin embargo, un único frente donde situar las coordenadas precisas de la batalla ni hay un único paisaje donde esperar el lento y desesperante recuento de las bajas. Por no haber tampoco hay un único y reconocible enemigo, sino que hay varios, que ahora parecen ser el mismo y luego resultan no serlo. Puede que ni nosotros mismos seamos siempre quienes somos.
 
 Es verdad, también, que la guerra establece extrañas, crueles conexiones. Paradojas morales absolutamente vergonzosas. Las armas que vende Occidente (y los tiranos que importa o exporta, según le conviene) regresan a casa recargadas con la peor de las municiones, con el odio inconcebible del que ya no concede otro valor a la vida que el de la eterna venganza.
 Anda buena parte de nuestra izquierda más tradicional o populista con la tentación de resucitar el «No a la guerra» entre los labios. Yo me sumo a ese No pacifista y terrenal sin ninguna reserva. Pero lo hago desde la íntima convicción de que, sin pertenecer activamente al actual Pacto Antiyihadista, no hay compromiso de paz que resista más allá de la frivolidad exhibicionista de las pancartas, el ruido de las manifestaciones o el desconocimiento suicida de cuál es nuestra cultura y quiénes nuestros auténticos aliados.

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