Mañana jueves, conmemoración de los dos años de El Último Jueves en el Palau Sollerich. A las 20,30 horas.
Como atractivo añadido, debo reseñar que se sumarán a la tertulia los buenos amigos de Casatomada, que nos explicarán sus proyectos de futuro más o menos inmediato.
Y ya como atractivo definitivo, añado que NO voy a leer ningún poema:-) No hay excusas para no asistir. Os espero.
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Pese a los precios abusivos y a la falta de planificación - o liberalización del sector - sigue en aumento la penetración de internet en España. Me gustan las estadísticas. Son del todo inútiles para explicar la realidad, pero ¿quién quiere más explicaciones?
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Escribo poco estos días. Hay una parte de mí que se reserva en privado los poemas, que no desea compartirlos. La obra en marcha, empero, continúa... No sé si han cambiado algunas circunstancias. Es posible. Escribir el borrador de un libro - como FdT - bajo vuestras miradas más o menos lectoras ha sido una gran experiencia, no sólo no lo niego sino que lo reafirmo. Pero ahora necesito la soledad, un rato.
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Más fantasmas
Siempre agradezco las sorpresas, me reconcilian con el mundo, me ayudan a mantenerme en vilo, me aturden y emocionan, me liberan. Por eso agradezco al consistorio de Capdepera que acabe de crear un nuevo concepto de pareja: las parejas lingüísticas. Éramos legión y parió la abuela, me dirán los agoreros. Pues no. Nada mejor que un encuentro entre afines para divertirse un rato. Para coquetear con el idioma o con lo que se tercie. Suena fantástico, aunque no tanto, por desgracia, como las sombras furtivas que recorren, bajo la atenta mirada de las aseguradoras, el Windsor en llamas. La Sociedad Española de Parasicología ya nos ha asegurado, con el rigor y la seriedad de costumbre, que son, en efecto, formas humanas y no espectros ni fantasmas purgando en solemne procesión sus penas. Yo esperaba que estos edificios presuntamente tan inteligentes fuesen capaces de generar sus propios fantasmas, pero me temo que no. Lástima.
También he recibido, con sorpresa, algunos poemas adornando la muerte de Cabrera Infante con los viejos insultos de siempre. Parece que hay una izquierda rancia que no le perdona su exquisitez. El óbito le sobrevino a causa de unas extrañas bacterias - estafilococos dorados, las llaman - incubadas en el hospital Chelsea and Westminter. Lo que no pudo Castro, lo consiguió la seguridad social británica. ¿Serán malhechores?
Pero para sorpresas la del Gobierno buscando culpables a un fantasma de pelo en pecho: la abstención en la reciente consulta sobre el Tratado Europeo. No sé qué esperaban después de los desatinos de Moratinos y su fantasmagórico “Referéndum Plus”. Plus tenía que ser: el tema televisivo tiene guasa pero sorprende poco. Tan poco como que Mallorca reafirmara su europeísmo sin acogerse a ningún voto distintivo como el de los nacionalismos vascos y catalán, que amenazan con retrotraer sus comunidades al más oscuro feudalismo. Por si acaso, me refugiaré este fin de semana en dos libros europeos: Delirios y reflexiones de Juanjo de la Asunción y El Mensajero de Argel, de José Carlos Llop. Sus fantasmas son mucho más serios.
Etiquetas: Literatura